Planta Viva
La idea que inspiró la creación de este jardín botánico en 1952 fue la de conservar en un lugar toda la riqueza botánica de los archipiélagos de Canarias, Azores, Madeira, Cabo Verde y de un pequeño enclave del continente africano que constituye en su conjunto la denominada Región Macaronésica.
El Jardín Botánico Canario Viera y Clavijo puede considerarse como pionero de la nueva filosofía imperante en el último tercio del siglo XX, que consideraba a los jardines botánicos como centros dedicados a la conservación de plantas y en especial de aquellas especies amenazadas de extinción, que viven en el propio territorio o área en que se encuentran enclavados.
El acondicionamiento de este espacio mediante caminos adaptados de forma casi imperceptible al territorio, intenta recrear en la medida de lo posible, las condiciones en que las distintas especies se encuentran de forma natural en cada uno de los pisos de vegetación representados en Canarias.
El criterio de la ordenación sistemático-científica del material biológico, en el momento de su trazado, obedeció más a las exigencias de cada una de las especies y de su relación con su situación geográfica, que a los criterios clásicos de sistemática, clasificación y exposición, imperantes en la mayoría de los jardines botánicos.
La colección de planta viva cultivada está constituida por aproximadamente 2.000 taxones, entre los cuales adquieren especial protagonismo los endemismos canarios y macaronésicos (rondando las 500 y 100 especies, respectivamente). El resto de la colección la conforma la componente exótica, debido principalmente a las colecciones temáticas del “Jardín de Suculentas”, el “Jardín del Mundo”, el “Palmetum” y los “Invernaderos tropicales”.